lunes, 26 de agosto de 2013

¿PROCRASTINAR YO?

¿PROCRASTINAR YO?
Por Carlos Carrasquedo

“Nuestro desafío básico no es  aprender, sino desaprender  nuestros antiguos paradigmas”
GLORIA STEINEM

Procrastinar es algo que afecta a todas las personas en mayor o menor medida. Posponer, postergar, demorar, aplazar, dilación, todas estas palabras son sinónimos de una acción que debería dar prioridad y que dejamos para después.

¿Usted es una de las personas que siente que no tiene tiempo suficiente para realizar todo lo que quiere y se la vive aplazando las cosas?
¿El llegar tarde a las citas constantemente le suena familiar?
¿El desorden y el caos es una constante que lo trae loco?
¿Se culpa por no poder cumplir con sus objetivos y compromisos?
¿Es posible que su vida le sea más cara por posponer pagos, citas, dejar de visitar al medico, etc.? ¿Esto, talvez, no solo le afecta a usted, sino que trasciende a su familia, amigos, compañeros de trabajo?
¿El no cumplir con todas nuestras tareas que queremos realizar le causa un sentimiento de intranquilidad o culpabilidad?

Que tal, se sintió identificado con lo anterior, si su respuesta es afirmativa, y usted quiere hacer algunos cambios en su actual forma de funcionar, no pare de leer este artículo, ya que estoy seguro que le ayudara.

“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”
CHESTERFIELD

Veamos algunas causas por las que procrastinamos.

Démonos cuenta que las personas procrastinamos porque le damos más importancia a las ventajas a corto plazo de evitar hacer una tarea que a los beneficios a largo plazo de realizarla. Por ejemplo, posponer el clasificar y archivar el papeleo nos trae la ventaja a corto plazo de no realizar algo que no nos gusta hacer, ya que nos crea molestia y es obvio,  que lo queremos evitar a toda costa. Por lo tanto, el posponerlo, nos da el alivio inmediato que sentimos al no tener que hacerlo. Y con la sensación de alivio, olvidamos los beneficios futuros de clasificar y archivar papeles, como seria tener un orden en nuestro lugar de trabajo, encontrar en forma inmediata un documento, etc., por lo tanto, darnos cuenta de los beneficos a corto y largo plazo que trae el no procrastinar, nos evitara muchos dolores de cabeza futuros.

Veamos a continuación algunas de las áreas en las que más se pospone.

La vida diaria. Posponer aquí significa aplazar actividades necesarias para funcionar en el día a día. Por ejemplo, pasar al banco, comprar los víveres, ir al médico, arreglar su ropa, cortarse el cabello, etc.
Las personas viven con la sensación de caos, de no poder llegar a todo, debido a la acumulación de pendientes.

Crecimiento personal. Es el impedir que nuestra vida mejore en diversos ámbitos. Por ejemplo, no tomar cursos, no hacer ejercicio, no atender a oportunidades de mejora profesional, de promoción laboral, no dejar de fumar, no resolver los problemas de pareja, etc. Las personas se sienten insatisfechas, inseguras, inferiores estancadas.

Compromisos con los demás. El quedar con alguien para realizar algo. Por ejemplo, tú amigo lector, quedas con tu director en visitar a un cliente muy importante, para levantar el pedido del volumen que consumirá  para este mes, este compromiso lo haces para el jueves, y llegado el viernes tu director te pregunta el resultado de la reunión y que pasa, que no realizaste la visita. Las consecuencias de no haberlo hecho, entre otras, serán que perderán la confianza y el respeto para contigo.

Así podemos mencionar más situaciones y en todos los casos sea cual sea la intensidad o frecuencia con la que aplazamos las tareas, las consecuencias serán frustrantes, autodestructivas y serán fuertes obstáculos para nuestro desarrollo personal.

Sin embargo amigo lector, déjame decirte que todos contamos con una voz interna que nos disculpa o nos ayuda a encontrar una excusa “razonable” por la cual procrastinamos.

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